jueves, 31 de octubre de 2013

Duerme...

-Creo...creo que me muero.

Fue lo único que llegó a alcanzar a decir ella, entre suspiros y pesares, mientras descansaba en el charco de sangre que expulsaba, como si de una esponja se tratara. Estaba echada en la puerca choza, y los lánguidos dedos plateados de la luna arañaba el feo techo de paja para introducirse en la apestosa habitación.
Él rió, como siempre, hacia dentro de su pecho. Entraba como un muerto viviente en la casucha, pero mantenía un poco el humor. La sonrisa se le ensanchó bajo la enorme nariz, que aleteó alegre. Sus dientes se dibujaban blanquísimos y, por supuesto, esa piel tan negra como la noche ayudaba a destacar esos hermosos dientes. Ella tenía piel oscura, pero la de él era como una noche sin estrellas.
Escuchó su risa con mirada reprobadora. Nunca expulsaba una carcajada hacia fuera, lo retenía y se la guardaba en su pecho con un sonido grave que hacía sonar su nuez de forma suave y conciliadora. No sabía si había aprendido a retenerla para evitar los latigazos o para que no le castigaran, pero no quería saberlo. Quería pensar que su risa siempre fue así, nada escandalosa, cálida y sincera. Era el mejor sonido del mundo...por lo menos era mejor que el restallar del látigo.

-¿Se puede saber de qué te ríes? No es gracioso- suspiró ella señalándole con un dedo acusador

-Después de todo lo que has liado, no creo que te vaya a pasar nada, querida- él cayó junto a ella, casi desmayado, en el suelo de la choza. Las heridas de su espalda se abrieron ante el esfuerzo, dibujando multitud de sonrisas sangrientas. La sangre cayó por toda la paja y aguantó un grito desgarrador. Ella lo abrazó y le dio parte de la cuerda que ella mordía cuando no quería gritar demasiado fuerte. Él mordió con ansia mientras contenía el terrible dolor, hasta que se le pasaba.

-Me azotaron, Anám...- replicó ella entre indignada mientras los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras éste mordía la cuerda estallando de dolor por dentro- Nunca había sentido un dolor tan lacerante. Nunca me habían latigado...

Él la miró entre divertido y triste, pues en la inocencia en su situación era cruel. Alargó el brazo hasta acariciar una raja que cruzaba su mejilla.

-Bueno...nunca nadie se ha atrevido a replicar a nuestro señor.

Finalmente él volvió a morder la cuerda y expulsó lo peor del dolor. Cuando la oleada sanguinolienta pasó, su  mandíbula liberó la cuerda sucia. Se echó contra el único madero de la chabola y la recogió entre sus enormes brazos. Desde luego Anám era inmenso, probablemente por eso él trasladaba las enormes rocas desde la cantera hasta lo alto del montículo. Ella echó su cabeza en su pecho y derramó su maltratado pelo, quemado por el sol.

-Sin embargo-continuó ella agradeciendo el calor de su cuerpo- no me arrepiento de lo que he hecho. Te he salvado el maldito culo, casi te mueres deshidratado.

-Si...aunque eso nos haya costado casi la vida.- se quejó él mientras se acomodaban en el suelo y el madero- No me has hecho ningún favor, casi que preferiría haber estirado la pata a seguir viviendo esta puerca miseria...

-¿Cómo?-ella alzó la cabeza y lo miró- ¡Cochino agradecimiento el tuyo! Si tenías la cara más cuarteada que una bota hecha de piel de serpiente, estabas sufriendo...-le tocó una de las pequeñas heridas y él se quejó levemente-¡Dame las gracias ahora mismo!

-Va, va-sonrió él mientras le apartaba la mano con un manotazo de su enorme mano-.Gracias...esto...-dudó-va siendo hora de que me digas tu maldito nombre si vamos a pasar el resto de nuestra vida en este agujero.

Ella metió la cabeza bajo su brazo, escondiéndose como una avestruz. Anám no olía nada bien, pero todo apestaba en aquel zulo.

-No me gusta mi nombre...no quiero hablar de eso. Solo quiero dormir, ¿vale? Quiero olvidarlo todo y dormir.

Él la apretó cómplice.

-Me parece bien...Gracias bonita, tu enorme bocaza me ha salvado de morir deshidratado para casi morir desangrado. Nunca deberías callarte, deberías quejarte siempre que debas.

-No es eso lo que me enseñaron en casa...-recordó ella triste mientras se recogía para dormir.

El buen humor desapareció y, aunque él no la veía, notaba que su pecho temblaba, estaba llorando e intentaba que no se le escuchara.
Y sabiendo esto, Anám se puso a cantar para que ella no intentara contener su llanto. Espantando suavemente la resignada pesadilla susurró una cruel pero dulce nana:

"Duerme, duerme negrito,
que tu mamá está en el campo, negrito...

Duerme, duerme negrito, 
que tu mamá está en el campo, negrito...

Te va a traer codornices para ti,
te va a traer rica fruta para ti,
te va a traer carne de cerdo para ti
te va a traer muchas cositas para ti.
Y si negro no se duerme,
viene diablo blanco
y ¡zas! le come la patita,
¡chacapumba, chacapún!"

Dicho esto, Anám le dio un inocente mordisco para levantarle el ánimo. Ella, aún inundada de lágrimas, rió ante la imbecibilidad de él. ¿Cómo podía ser tan tonto? ¿Cómo podía tener ese humor con toda la que estaba cayendo? ¿Podrían algún día dejar de fingir que aun conservaban la esperanza?


"Duerme, duerme negrito,
que tu mamá está en el campo, negrito

Trabajando,
trabajando duramente, trabajando sí,
trabajando y no le pagan, trabajando sí,
trabajando y va tosiendo, trabajando sí,
trabajando y va de luto, trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito, trabajando sí,
pa'l negrito chiquitito, trabajando sí,
no le pagan sí, va tosiendo sí
va de luto sí...duramente sí.

Duerme, duerme negrito,
que tu mamá está en el campo negrito..."

Ella quedó dormida y soñó con las alas de la libertad. Anám aprovechó que ella dormía para quebrarse y llorar en silencio, mientras las moscas les devoraban.
Miró el rostro de ella, dormido, tranquilo...la luz de la luna bañaba su tez café. Le sentaba bien el contraste de la luz de la luna y se le ocurrió una tontería.

-Que duermas bien...Lúa.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Los Mandamientos, los pecados y sus monstruos.

Es bien sabido en Théah que...

El pecado en la religión vaticana es un abuso de la confianza que Theus deposita en Sus hijos. Los Profetas enseñaron que Theus creó al hombre a su imagen y semejanza, y que quiere que alcancemos su propio estado de perfección resolviendo el Enigma, que no viene a ser más que tener el absoluto conocimiento del mundo y su significado en el esquema de las cosas. Sin embargo, los humanos siguen teniendo necesidades abyectas y deseos egoístas que indirectamente hacen que le pasen cosas malas a las personas buenas.

Los Nueve Mandamientos de los Profetas


1. Sólo existe un dios verdadero y su nombre es Theus. No inclinarás tu cabeza ante otro.

Recientemente la Inquisición ha definido a las ciencias empíricas como un nuevo falso dios, con lo que el Colegio Invisible (científicos, inventores, alquimistas y otra serie de hombres que harían lo que fuera por el progreso) ha sido condenados por la fe vaticana. La razón por la que se condena el empirismo es porque es una ciencia que defiende que la formación del conocimiento se basa en la experiencia y en la percepción...cosa que dejaría fuera a Theus, ya que Dios no es algo que se pueda ver ni tocar y su conocimiento sobre él solo se basa en la fe. 
Sin embargo, al contrario de lo que se pueda pensar, la Iglesia promueve el conocimiento, y ha creado un sistema de educación pública gratuita en Castilla (el ciudadano medio castellano es bastante culto) y promueve y funda Universidades por toda Théah. Para los Vaticanos el conocimiento y la razón están al servicio de la Fe, para resolver el Enigma del mundo.






2. Honrarás a los Cuatro Profetas de Theus.

Cuestionar la divinidad o el mensaje de uno de los tres Profetas reconocidos por el vaticano quiebra este mandamiento. Cualquiera que se escude en que los Profetas eran también hombres y podían equivocarse pueden ser condenados por herejía.




3. Honrarás a tu padre y a tu madre.

Este mandamiento realmente es para que los hijos acepten las exigencias de sus padres e impedir que se rebelen abiertamente.

4. No cometerás adulterio.

En Théah el adulterio consiste en mantener relaciones sexuales contraviniendo sus votos matrimoniales. Si no se está casado, no se puede cometer adulterio, sino que solo "engaña" a su esposa. En Vodacce se ha creado hábilmente un vacío legal para saltarse este mandamiento, ya que el marido solo promete no amar nunca a otra mujer...y las cortesanas (prostitutas refinadas) no son para ellos más que objetos con los que tener placer (no sienten amor por ellas), no es más que un servicio para ellos y las esposas lo consienten, muy a su pesar.

5. No hablarás con falsedad.

El Creador es verdad, por lo que hablar falsamente es manchar y negar la verdad de dios. Además no solo condena a la persona que miente, sino que además condena al que ha sido mentido, porque ya no podrá gozar de la verdad.

6. No codiciarás.

Este pecado es quizás el más comprensible, puesto que robar, engañar y mentir se hace de forma consciente y premeditada,  sin embargo, muchas veces uno no puede evitar sentir codicia o envidia de algo o de alguien. Por ello, es el pecado que más se perdona, y a Iglesia anima a sus fieles a luchar contra estos deseos inconscientes.

7. No matarás.

El Tercer Profeta formuló este mandamiento detenidamente y puede que a uno le parezca hipócrita por su parte, puesto que el Tercero declaró muchas cruzadas y casi se le puede considerar un carnicero (este comentario sería muy hereje, por ejemplo). Sin embargo, el Tercer Profeta matiza el mandamiento acorde a su comportamiento, ya que luchar contra infieles, como los Lunares (a los que prácticamente echó a punta de espada de Castilla) u otros fuera del ala de la Iglesia Vaticana no se consideraría como un pecado. Probablemente un sacerdote vaticano no considere pecado matar a un montaignense (sobre todo si es un noble excomulgado) a un Objecionista (el símil del Protestante)...etc.




8. No robarás.

Este mandamiento no es solo una norma moral, sino legal. El que roba no solo debe temer la desaprobación de la Iglesia, sino de la sociedad.

9. No permitirás que un hechicero siga viviendo.

Todos los Profetas han condenado categóricamente los peligros y maldades de la hechicería. Su misma existencia supone una afrenta a Theus y un peligro para la humanidad. Para luchar contra Legión, la humanidad primero tiene que deshacerse de todos aquellos que se benefician de hacer Pactos con ella (se cree que la hechicería surgió de unos señores que pactaron con el demonio, pero...¿a cambio de qué?) Desgraciadamente, la Iglesia rara vez ha tenido el poder de actuar contra la hechicería. La nobleza acumula demasiado poder. Pero los tiempos difíciles se han cobrado sus víctimas, y se ha conseguido eliminar enormes ramas de brujería como El Fuego Interior (hechiceros del fuego castellano). La mayor espina de la Iglesia son los hechiceros Porté de Montaigne, protegidos por el Empereur Leon Alexandre du Montaigne, que se ha declarado abiertamente protector y practicante de hechicería.
Este pecado es el más jodido a mi entender, sobre todo para pjs que buscan aventuras. Tarde o temprano un aventurero se acabará cruzando con un colega hechicero y seguramente pueda ser su mejor compañero de aventuras pero...¿qué haría un vaticano devoto temeroso de Theus en su caso? Ahí queda el dilema, pero normalmente los aventureros no suelen ser muy devotos, y los que lo son esto les crea un dolor de cabeza terrible (véase el dilema del caballero inquisitorial Domingo Villaverde con su colega de infortunios Julius, un hechicero de sangre Porté)


Los monstruos como los siete pecados capitales

En Théah todo el mundo conoce la existencia de los monstruos, aunque habrá algunos que crean inventados o exageraciones. Cualquiera sabe que en el continente vagan criaturas que está más allá de la compresión del hombre y no es un secreto que algunas de estas aberraciones existen. Lo que sí es cierto es que estas criaturas no se encuentran (o no suelen ser frecuentes) en lugares civilizados. Los monstruos reconocidos por un ciudadano cualquiera de Théah son el Zombi, los Fantasmas, el Kobold (una especie de gárgola), el Gul ( una criatura carroñera), el Terror Nocturno (la verdad es que este no es muy conocido por los habitantes comunes), el Drachen (un dragón, creídos extintos) y la Sirena. Eso sí, encontrarse con uno de estos monstruos es muy difícil para un ciudadano cualquiera.

La Iglesia ha identificado los monstruos más comunes de Théah con los siete pecados capitales. El siguiente poema es enseñado a los niños en catequesis o por sus padres para ayudarles a descubrir los pecados en su interior y a saber relacionarlos con las malvadas criaturas de las leyendas y cuentos. Estos monstruos no son necesariamente los más frecuentes, pero sí lo que las Iglesia ha identificado como mejores ejemplos de los siete pecados.

"El Orgullo del Zombi es su perdición
El Fantasma Envidioso acecha en el rincón.
La Avaricia del Kobold lo lleva a matar.
Y la Gula al Gul a hombres devorar.
La Sirena cruel engulle al Lujurioso,
Y el Terror Nocturno asfixia al Perezoso.
La Ira del Drachen en la tierra es ley
Pero un hombre puro sin duda es un rey"

lunes, 28 de octubre de 2013

Cargos en el ejército y la armada

Aunque los cargos del ejército están descritos de forma muy generalizada en 7º Mar, yo comprendo que el ejército de cada nación tiene sus peculiaridades históricas diferentes, igual que en la realidad. El tema de los ejércitos de Théah para mi gusto han sido descritos en los manuales de oficiales de forma extremadamente vaga, y me gustaría darle mi estilo personal, poniendo particularidades y singularidades del ejército, sus regimientos y sus mandos dependiendo de la nación. Sin embargo, como esta entrada es para cosas básicas que sabría cualquier ciudadano de Théah con un poco de cultura general, no voy a entrar en detalles inventados por mi (o basados en la historia)  y voy a describir los rangos básicos que hay en cualquier ejército:


Es bien sabido en Théah que...


Los rangos básicos de un ejército y una armada son diferentes (de menor a mayor):

Ejército















Cabo (soldado raso)
Los cabos son hombres alistados que han destacado de entre los soldados rasos y que está perfectamente integrado con éstos. Como es el rango del ejército más cercano al soldado raso, comprende mucho mejor el ánimo y la voluntad del regimiento. Los cabos están bajo el mando directo de los sargentos.
Salario: 8 gremiales/mes.

Sargento (suboficial)
Los sargento son suboficiales, por lo general coordina a un grupo entre 10-50 hombres.
Salario: 20 gremiales/mes.

Teniente (oficial)
Los tenientes son oficiales con varios sargentos a su disposición. Suelen mandar a unos 100 hombres.
Salario: 50 gremiales/mes.

Capitán (oficial)
Los capitanes son oficiales son oficiales con un teniente o dos como ayudantes personales. Suele tener mando sobre unos 500 hombres.
Salario: 75 gremiales/ mes.

General (jefe)
El general es un militar encargado de organizar y liderar un ejército y saber coordinar los diferentes tipos de regimientos a su mando: infantería, caballería y artillería. El general suele tener un séquito oficiales denominado Estado Mayor, encargado de aconsejar al general en la administración, logística y planeamiento del ejército. En batalla muchas veces hacen las veces de guardaespaldas.

Armada



















Estos son los rangos de una armada, en otra entrada especificaré los muchos cargos y labores dentro de un solo barco. 

Guardiamarina
Estos marineros son los miembros más expertos y mejor entrenados de la armada. Su rango es considerado equivalente a un cabo del Ejército.
Salario: 10 gremiales/mes

Oficial
Los oficiales son marineros con habilidades especializadas. Suelen estar bajo el mando directo del Primer Oficial. Estos incluyen a los artilleros, los encargados de las velas, los carpinteros, los reparadores de trapo, etc. 
Salario: 25 gremiales/mes

Primer Oficial
Los Primeros Oficiales son los hombres encargados de labores específicas y se rodean de los oficiales especializados en la tarea. Estos vienen a ser el Maestro Artillero, el Maestro de las Alturas, el Piloto y el Maestro Carpintero.
Salario: 60 gremiales/mes

Teniente
Los tenientes son los altos oficiales del barco. Cada uno está al cargo de un grupo determinado de hombres en diferentes zonas del barco. Los dos tenientes del barco son el Maestre (que se encarga del alcázar y de ser el brazo derecho del Capitán) y el Contramaestre (que se encarga de dirigir a los marineros en cubierta)
Salario: 90 gremiales/mes

Capitán
Máximo jefe de un navío en concreto. Gobierna y manda el buque, lleva el liderazgo y el rumbo, asigna las tareas y lleva a cabo las misiones de la armada.
Salario: 100 gremiales/mes

Almirante
Jefe de una flota, o sea, de un conjunto de barcos. El Almirante Jefe o Gran Almirante sería el jefe de todas las flotas de una nación, que normalmente suele ser Ministro de la Marina de su país.



domingo, 27 de octubre de 2013

Traición a la confianza (I)

El hombre, maduro, de pelo canoso, piel arrugada y expresión de continuo escrutinio inquisitorial, paseaba por los pasillos elegantemente alfombrados como si de su casa se tratara. Y así le trataban el resto de doncellas y criados de la casa, que agachaban la cabeza sumisos ante él sin abrir la boca. Eso agradaba a Donato Orsini, no le gustaba tener que esforzarse lo más mínimo en tener que articular un sonido de respuesta, por lo que los sirvientes habían aprendido a entornar los ojos y no dar ni los buenos días ...excepto el maldito vodacciano del que se había encaprichado su hija Alicia. Ese hombre saludaba a todas horas y a todo el mundo, rebosaba bienestar y derrochaba las palabras y el tiempo con cualquiera, aunque fuera hacia él mismo, lo cuál le sacaba de quicio. ¿Acaso no le imponía ningún respeto? Quien se iba a imaginar que ese hombre había servido al Príncipe Villanova como sumiller y degustador y que ya estaba curado de espanto de malos y viles señores. Quizás el vodacciano no se había dado cuenta que durante ese tiempo que viviera bajo casa de la familia Lara, Francesco era su sirviente y por tanto él era su temible señor. Quizás fuera asunto de lealtad, que seguía fuera. El cocinero podía ser un buen maestro de ceremonias, pero tenía la lealtad y la cabeza en otra parte. En el momento en el que viera algo raro en ese personajillo se lo iba a devolver a Marina Oliván troceado con su propio cuchillo de cocina. Últimamente pasaban cosas raras...como lo de aquella fiesta y la visita de unos bribones piratas.

La mansión Lara estaba ajetreada por aquella desgracia. Aquella "estúpida" desgracia, pensaba don Donato Orsini. Aquella era una maldita broma del destino: ¿cómo era posible que un grupo de errantes piratas entraran en la fiesta justo en el momento en el que le iba echar la correa al estúpido Barón de Santa Elena? Aquél movimiento hubiera sido el definitivo, pensó mientras entraba al despacho de su letrado Gálvez, al cual le había ordenado tomar contacto con su querido señor P. en los barrios bajos de la Villa. Orsini estaba especialmente inquieto: desde el secuestro de Alonso, los corchetes de la Ronda se habían metido a investigar tal injusticia a la casa noble y andaban por la mansión como si fuera su casa...pero lo que más le corroía era que Marina estuviera por allí asentada, fingiendo consolar a su estúpida hija y prometida del desaparecido, Alicia Orsini.

-Guardad bien vuestras cosas, no me fío de esos buitres de Ferrer y de Marina-ordenó a Gálvez mientras este escribía en su despacho al "señor P.".

Gálvez, el nuevo abogado de la familia Lara, aconsejado expresamente por Donato Orsini, le brillaron los ojos mientras escribía la carta.

-No se preocupe, señor. Lo guardaré en la caja del reloj de péndulo. Es imposible que averigüen cómo encontrar la caja. Es totalmente inamovible si se desconoce el secreto de las agujas de su reloj.

18:15, era la hora exacta. O lo que viene a ser lo mismo, marcar el 6 de hora y el 15 con el minutero pero en la vuelta de la tarde. Las manecillas eran la clave para mover el mecanismo y que el reloj se metiera en el raíl, deslizándose elegantemente hasta dejar al descubierta la caja.

- Es imposible que alguien encuentre nuestro correo incriminatorio-concluyó Gálvez, fascinado con el reloj de pared.

Orsini pensó en esto último y gruñó pensativo. "Correo incriminatorio"...

-Acompañadme.

-¿Señor Orsini?

Donato y Gálvez salieron del despacho, no sin antes cerrar con llave y ordenar las cosas más o menos.

-Temo que todo este embrollo haya sido orquestado por Alonso. Es más, juraría que Marina podría saber algo.

-¿Cómo es posible?- a Gálvez le pareció un poco estúpido que Alonso y Marina tuvieran algo que ver, es cierto que había algo irregular en todo lo pasado con los criminales, pero parecían tan reales...- Los piratas parecían algo más que actores...

-No lo sé, pero ya visteis cómo se las ingenió para que el baile fuera de máscaras, ¿no?

-Sí...¿y qué?

-Que nos ha tomado el pelo una vez, y puede que una segunda sin que nos hayamos dado cuenta.

-¿Y qué vamos a hacer?-preguntó el abogado mientras intentaba seguir el ritmo de Donato, que avanzaba implacable mientras los criados se abrían paso como las aguas ante Moisés.

-Si hay un plan, tiene que haberse organizado con alguien de fuera  para tratar con los piratas. ¿Y quién está más cerca de ser amigo de Alonso y cerca de tener compañeros piratas, según los rumores?

-¿Marina Oliván?

-Exacto. Marina Oliván es la única con la que podía haber orquestado esto desde fuera. Y se benefician de esto, está claro que han sido amantes. Pero eso se acabó...o no le quedarán más costillas al muchacho. Si alguna de mis sospechas de que todo estaba planeado desde el principio son ciertas, tendrán lo mismo qeu nosotros queremos ocultar.

Gálvez paró en mitad del pasillo.

-¿Y eso es...?

Donato lo miró, como si fuera estúpido.

-Cartas incriminatorias entre ellos. Venga conmigo.

Cruzó un pasillo y tras él fue Gálvez, como un perro sarnoso. Se dirigió al vestíbulo para cruzar al otro ala de la casa, mientras sonreía complaciente al ver que todos los criados con mantas limpias y haciendo sus quehaceres se abrían pasos con las cabezas gachas. Pensó en lo mucho que podía perder por ese estúpido incidente con los piratas. Su flota de navíos mercaderes y pesqueros había sufrido por la guerra, pero ahora tirando de favores de Umberto Lara, profesor mediocre (gracias a él) de una universidad mediocre de Castilla; y del orondo monseñor Lara, eclesiástico de oficio atascado en un puesto con pocas expectativas de futuro, podía llegar muy alto. Aquellos puestos que ostentaban los Lara se los había conseguido Orsini con su influencia y, por supuesto, sobornos. Umberto y monseñor Lara le debían mucho a Orsini, y él solo tenía que esperar al que el patriarca de la familia estirara la pata para poder ir a reclamar los favores a los hermanos pequeños de la familia. Hacía tiempo que esperaba este momento, desde que Alonso y Alicia jugaban con los guijarros de la playa de su hacienda. Donato sabía de sobra que los Lara gozaban de un privilegio por un maldito golpe de suerte, y él no era tonto, esperaba conseguir subirse a ese barco. Tenía dinero, tenía pequeñas influencias...conseguir sangre noble era lo único que le impedía poder subir a un peldaño más alto. Él tenía seguro que había nacido para mandar.

Divagando en lo mucho que podía ganar o perder, antes de finalizar el largo pasillo escoltado por puertas de lustrada madera, la pareja se encontró con el oscuro espadachín, vestido totalmente de negro. Fausto se encontraba justo delante de la puerta de la habitación de Alicia Orsini, y tenía una expresión de aburrimiento infinito. Hacía tiempo que Orsini se percató de que Fausto estaba deseando hacer algo. La única vez que lo vio satisfecho fue cuando le ordenaron darle una paliza brutal a Alonso tras enterarse que había hablado en el teatro con Marina...la única mujer que podía hacer tambalear la balanza del querer y el deber de su Excelencia. No tenía claro cuán fuerte eran los sentimientos del noble hacia la espadachina, pero debía cortarlo de raíz y para eso estaba Fausto. Él daba el golpe que ninguno se atrevería a dar. Y se quedó satisfecho, le destrozó las costillas con su propio bastón, hasta que este estalló en astillas.

-¿Qué nuevas hay?- interrogó al aburrido espadachín.

- Vuestra hija se ha tirado llorando toda la noche, de forma escandalosa, según los criados. La Ronda está abajo, interrogando a la gente presente del baile justo cuando secuestraron al chico.

-¿Y ella?- cuestionó Orsini, dejando claro que ahora su hija y los corchetes eran el menor de sus problemas.

-Ha ido abajo, creo. Según el criado de la puerta de Alicia, en busca de un chocolate caliente para su hija.

-Síguela. Que no haga nada extraño y vigila con quien habla. La ronda de por sí es estúpida, pero con ella por aquí capaz de darles una pista sobre nuestros asuntos.

Fausto apretó indignado la empuñadura de su estoque hasta que su guante de cuero se quejó. Estaba harto de seguir gente, escuchar asuntos ajenos y cosas que no le interesaban lo más mínimo. Él solo venía a escarmentar a los pobres idiotas enamorados, al noble y a la espadachina. Sobre todo a la espadachina. Había oído cosas de ella, y deseaba batirse con ella para saber cuánto era fama y cuánto realidad. Hasta entonces su decepción era máxima, solo le parecía una paleta más.

Fausto bajó y se encargó del vigilar a Marina en el vestíbulo. Orsini y Gálvez fueron a ver al profesor de historia Umberto Lara. Para ello atravesaron el vestíbulo por el piso de arriba, con lo que vieron a la docenas de guardias que trabajaban en el asunto de la desaparición de Alonso. Donato se fijó fugazmente de que Marina se encontraba hablando con Don Ferrer, el alguacil de la villa, pero Fausto había ido presto a interrumpirles. Donato gruñó satisfecho con la acción de su espadachín y entró en el ala oeste de la mansión. Umberto se encontraba allí, estaba pálido desde el asunto de los piratas.

-Umberto, la llave de la habitación de vuestro hijo, tanto la de la puerta como otras que puedan existir- indicó sin más Gálvez, yendo al meollo del asunto

Él profesor alzó la vista de su escritorio y abrió la boca para replicar quizás una protesta o una objeción, pero no contaba conque Donato se encontrara detrás del abogado.

-Ahora mismo- fue lo único que acertó a decir, sumiso.

Lo primero que habían hecho los Lara cuando el viejo Gregorio falleció fue hacer una copia de todas las llaves que había en la casa. Donato les pidió que también las hiciera de las pequeñas llaves, incluso de los cajones y llaveros, a pesar de que éstas guardan cosas íntimas, aprovechando que el nuevo Barón se encontraba de viaje por Theus sabía donde.

Umberto les abrió la puerta de la habitación de su sobrino como si de un autómata se tratara.

-¿Han descubierto vuestras mercedes el paradero de mi sobrino?

-En eso estamos, así que deja de hacer preguntas estúpidas y abre la puerta.

La puerta se abrió. Gálvez entró primero y exploró la habitación de su Excelencia Barón de Santa Elena, mientras que Donato se rezagó con Umberto.

-Vigilad la puerta, no dejéis que ningún guardia nos vea dentro de esta habitación.

-Sí. Lo que sea con tal de que los planes salgan como estaban previstos-dijo Umberto sin mucha convicción.

Dicho esto Donato entró y miró la habitación. No era excesivamente grande ni ostentosa, tal y como esperaba. La habitación estaba empapelada de un papel beis con adornos de mosaicos clásicos, con cortinas y columnas blancas regias. El suelo de madera apenas crujía y el espacio estaba bien aprovechado. Gálvez había comenzado a mirar en una mesita de pie que gobernaba el centro de la habitación, pero solo había una enorme copa y una botella de buen brandy, así que pronto se fue a la cómoda que había junto a la pared del otro extremo de la puerta. Encima de ella había un jarrón castellano caro, verde, sin mucho más que ofrecer, y a un lado una silla con ropajes desordenados. Comenzó a mirar en todos los cajones, pero solo había ropa interior, calcetas y ropa cómoda de algodón y lino, observado de forma inquisitiva por un retrato de la madre de Alonso, que descansaba encima de la cómoda.
Donato, por su parte, no pudo con su impaciencia y muy a su pesar se puso a rebuscar también. Cogió el tizón y rebuscó en la chimenea, en busca de papeles quemados entre los trozos calcinados de leño, pero no tenía pinta de haberse usado mucho. Rápidamente fue al escritorio, donde había un enorme espejo de pared, pero allí, aunque había un tintero, un quinqué y una pluma, no había carta alguna. Fue a una enorme mesita de noche mientras Gálvez comenzaba a quitar una alfombra, en busca de una madera suelta donde esconder cosas, pero no hubo suerte. Entonces Donato encontró un cajón con una pequeña cerradura, usó la llave que le había dado Umberto y se abrió.

Miró las cartas, por encima. Para su decepción, apenas había carta, solo unas tres. En todas ellas se escribía con un tal Julius, del que nunca había oído nada.

-¿Qué sabéis de un tal Julius, Gálvez?

Gálvez estaba entretenido mirando un juego de ajedrez que había en la mesita junto al brandy, por lo visto al Barón le gustaba jugar contra sí mismo. Alzó la cabeza e hizo ademán de negar. Como Donato sospechaba, no tenía ni la más remota idea.
Donato volvió a las cartas...que básicamente eran "hola, que tal estás, yo muy bien ¿y tú?". Estupideces y otras cosas referencias a hechos pasados del que él no sabía nada. Por lo visto el tal Julius le adelantaba unas cuantas lecciones de montaignense y de eiseno, e incluso ejercicios para mejorar la pronunciación.

Umberto Lara, golpeó en la puerta nervioso y asomó su redonda cabeza.

-¡Se ha declarado un incendio en el ala este! La ronda corre por toda la casa, es mejor que nadie les vea aquí.

Donato guardó las cartas furioso y cerró el cajón. Lo habían revisado todo, incluso Gálvez había mirado bajo la cama y comprobado que no había ninguna madera hueca. Salieron de la habitación con una sensación extraña, de desilusión. No sospechaban que el Barón guardaba con sumo cariño los retratos de Marina y sus cartas bajo un cajón secreto en la tapa de la cómoda, quitando el jarrón verde castellano, bajo la protectora visión del retrato de su madre. Algunas noches las releía, añorando el recuerdo de tiempos mejores, cuando las cosas eran más simples y no se encontraban tan alejados el uno del otro. Tiempos en los que podía decir lo que pensaba y se sentía libre de mostrarse a sí mismo y no lo que la sociedad esperaba de él. Tantas fueron las noches en soledad entre retratos y cartas que llegó a imprimir fielmente los retazos de su rostro dejando la huella en su corazón, mientras que la curva de sus palabras derramadas en el papel naufragaban en su mirada perdida y melancólica. Luego, jugaba al ajedrez consigo mismo con un buen brandy hasta que conseguía quedarse dormido, a solas, en silencio, en aquella solitaria, enorme, y fría cama, soñando con tiempos mejores en los que él vivía aventuras junto a ella.

Pero no habiendo descubierto Donato este secreto, suponía el comerciante que entonces lo de los piratas no estuvo previsto y que pudiera ser verdad que el Barón estaba ahora mismo preso por unos verdaderos criminales. Pero, ¿por qué no habían recibido ya una petición de rescate? La respuesta, decía Fausto, debía estar en esos dos personajes que estaban en la fiesta y de los que nadie sabía su identidad. Ordenaría a Fausto investigarlo...así que tuvieron que aceptar que no había nada raro en la correspondencia de Alonso Lara.

De momento...

viernes, 25 de octubre de 2013

Tipos de marineros

A fin de mejorar la comprensión de la época en la que se desarrolla Théah, he decidido comentar por encima aspectos y costumbres que creo que cualquier persona de la época (finales del siglo XVII) podría saber, para mejorar la comprensión de los jugadores (jugadora, en este caso) y enriquecer su pensamiento a la hora de moverse.

Nota: mi visión de ver el mundo de Théah puede ser drásticamente diferente a la descrita por los manuales oficiales de 7º Mar.

Tipos de marineros

Es bien sabido en Théah que...

Los mercaderes son los marineros que utilizan sus barcos para el comercio u otras actividades comerciales. Entre ellos se incluyen los hombres de negocios que transportan mercancías de un puerto a otro, así como los pescadores, balleneros y exploradores de los mares occidentales. Es cierto, que a pesar de que un barco pueda parecer mercader, éste puede realizar profesiones poco honradas como el contrabando (pasar mercancías sin pagar impuestos o que simplemente están prohibidas) o tener tratos con piratas. La mayoría de los marineros pertenecen a esta categoría, con lo cual vienen a ser un 70% de los navíos que uno se puede encontrar por el océano.

Las líneas blancas marcan las principales rutas mercantiles por alta mar. Es decir, "carreteras" por donde los mercaderes van de un puerto a otro llevando sus mercancías. En tierra también se pueden ver las principales carreteras y rutas terrestres.

Los reclutas navales pertenecen a la marina de guerra oficial de una nación, y sirven como oficiales o marineros de un buque militar. En resumidas cuentas, son soldados de una nación pero actuando en el mar, lo que es conocido como la armada de una nación. Patrullan las aguas de su país y protegen convoyes importantes, cazan piratas y luchan contra otros buques de guerra enemigos. La vida en un buque es notoriamente mala, aunque hay excepciones (por ejemplo, bajo un capitán competente).



El recluta no viene a ser más que un soldado de una nación que sirve en la armada, o sea, en el ejército de mar. Las condiciones en este tipo de barcos suele ser más dura que la de los piratas, ya que, mientras que los soldados solo deben cumplir órdenes y sobrevivir a las pésimas condiciones y alimentación de su barco, los piratas tienen voz (y a veces, hasta voto) para decidir qué empresa tomar el barco o incluso saquear algún barco para aprovisionarse. Por supuesto, el soldado cuenta de una soldada segura y de un buen puerto donde atracar sin problemas sin que te intenten colgar del cuello...suerte de la que los piratas no gozan


Los corsarios forman una categoría de mercenarios de mar. Son, básicamente "piratas de alquiler" al servicio de un gobierno para patrullar los mares. Los corsarios se aprovechan de los enemigos de su contratante, robando el botín de naciones rivales. Los corsarios también realizan también misiones de escolta, tienen deberes y otras misiones específicas. Los Perros Marinos, bajo la protección de la Reina Elaine de Ávalon, son los más notorios corsarios en los mares hoy día.


El corsario es la mezcla perfecta entre pirata y recluta de la armada, ya que permite al personaje dedicarse a la piratería y servir a su nación. Además, cuenta con la aprobación de un gobierno, con lo que cuenta con muchas más libertades a la hora de actuar. Por supuesto, las ganancias del saqueo serán menores, ya que tiene que dar una parte a la corona a la que sirva.



Los piratas son los lobos del mar y surcan las olas en busca de carga para saquear. No responden ante nadie y el único sentido de la obligación es robar a sus víctimas. Los peligros de una vida de pirata son incontables, pero tienen más libertad que cualquier otra clase de Théah. Como buscan saquear las bodegas de otros barcos, rara vez hunden otros barcos, prefiriendo abordarlos. La reputación de sanguinarios que se han ganado alguno de estos marineros ha hecho que los buques militares tengan órdenes de hundir todas las embarcaciones piratas a la vista, y que los que sean capturados sean generalmente ahorcados sin juicio. Sin embargo, no todos son malévolos. El famoso pirata Gosse, por ejemplo, fue reconocido por su caballerosidad, y la Hermandad de la Costa, aunque implacables, tienen una idea muy aproximada al honor- y son los primeros en dar el primer paso hacia una democracia- en los mares de Théah. Los piratas son la máxima expresión de la libertad en Théah...de hecho, es probable que sean los únicos hombres libres del mundo. 

En 7º Mar ser pirata puede ser una manera diferente de ser un héroe...una manera peculiar y puñetera de ver el honor. El ser bribones, pícaros, farsantes, mentirosos, violentos y un poco majarones no es incompatible con ser un caballero que lucha por la libertad (a su  manera). Un buen ejemplo de héroe pirata es el famoso Jack Sparrow que, a pesar de ser un canalla y un sinvergüenza, no deja de ser un héroe.

Cadenas por corona

Los grilletes se cerraron sobre las muñecas de Leandro Vázquez de Gallegos. El Alguacil cerró las esposas duramente y apretando con malicia,...