Las
novicias, las doncellas o concubinas (según el amo que tuvieran en ese
momento), levantaron la mesa y dejaron a la esclava Ma Gao limpiar y recoger
todos los platos y vasos que dejaron sus compañeras al terminar de comer. Marina
se dispuso a intentar ayudarla a pesar de que estaba totalmente prohibido
ayudar a una esclava, sin embargo, estando en el desierto más desierto de Catay
nadie se tomaba molestias en perseguir ese tipo de faltas.
Justo
cuando iba a reunirse con Ma Gao a limpiar las prendas manchadas y los platos
apareció Min, la matrona encargada del entrenamiento y directora de la casa de
mujeres que ahora mandaba el capitán Xio Yuan a la dinastía Xeng como regalo de
bodas.
El ejército
de mujeres sería un gran regalo si las mujeres lo valían, ya que atraería
muchos invitados, lo que atraería regalos y gestos amistosos. Por último, podría
servir para forjar futuras alianzas entre familias.
Detrás
de Min se veía el infinito desierto catayano y se metió en la tienda atrayendo
a Marina con un dedo cercano.
-Vooy..-
se adelantó Marina antes de que Min se adelantara.
-¿Voy?-
Min arqueó una ceja esperando algo.
-Sí...
vamos ¿no?- respondió la espadachina recogiendo bien su qipao y sin saber qué
quería.
-...ama.
-Voy,
ama.-con impaciencia y resignación.
-O
señora- Min procedió a llevársela a la carpa del té.
-Señora
mejor, ama suena a...- masculló Marina siguiéndola, sintiéndose un poco menos
esclava.
La
carpa del té era la única zona del pabellón de las concubinas donde el suelo no
estaba desnudo a las inclemencias del desierto. El suelo estaba revestido de
madera y había lámparas esféricas de papel anaranjado y talismanes de protección
por todas partes. Las velas daban un aspecto fantasmagórico a las sombras y en
el centro se encontraba paciente una mesa para el té. A un lado, había agua y
un mueble para calentarla, un biombo y un platillo colgado.
Marina
se adelantó enérgicamente cuando Min abrió la boca...
-Ya me
pinto.Ya pongo el té. Ya pongo el incienso -decía antes de que se lo mandara.
Min no
reconoció abiertamente que le sorprendió la iniciativa, por una vez, pensó que
quizás podía conseguir preparar a la extranjera.
Marina
encendió el incienso y lo colocó encima de un platillo colgante con la
escultura y talismán de un dragón. Min respiró hondamente como si pudiera oler
la paz. Min se sentó de la forma tradicional, rodillas al suelo y glúteos sobre
los talones, espalda recta y cabeza sin adelantar. Mientras, Marina calentaba
el agua del té y escogía no sabía si bien las hojas para la infusión.
-Bien,
en la lección anterior habíamos hablado de...¿qué?
A Min
le encantaba enseñar por el método del diálogo, de completar frases.
-¿Realidad...ideal?
-¿En
qué consiste?
-Un
momento...-la paró Marina enérgica, pareciera que ese día tuviera ganas-Es que
me acuerdo del de la victoria por encima de todo, pero el de la realidad ideal
no me acuerdo -se colocó cómodamente mientras el agua comenzaba a hervir y a
echar vapor como su cabeza. Mmm..mm...mmmmmmmmmmm....MMMM-cada vez pensaba más
fuerte y el agua burbujeaba-....¿me puedes decir el principio?
-Ais-
suspiró la institutriz-,maquíllate bonita -Marina fue al biombo a sacar el
maquillaje base blanco de cara mientras Min sacaba el agua del fogón antes de
que se hiciera vapor y continuó con el repaso- La realidad ideal es lo que
tienes que reflejar del hombre. El hombre quiere que seas un espejo sobre el
que reflejarse y quiere verse totalmente perfecto.
-Aaah
eso eso ¿pero eso no era...? Ah vale entonces lo de la victoria ante todo es
que haga lo que haga el hombre tiene que ganar siempre pero le tiene que costar
esfuerzo para mayor sensación de victoria.
-Ssssssí...
-Ah
vale, entonces sí me acuerdo - sonrió.
-Debes
agradar al cliente o al invitado de tu señor en todo momento.
-Ya,
ya, sé lo que es. Aunque sea mentira, y él seguro que sabrá que es mentira,
porque no soy un amigo, solo soy un instrumento para desahogarse...
-No. Él
no debe creer que eres un instrumento.
-Ya
bueno pero...
-Tu amo
sabe que eres su objeto, no su invitado, al que debes halagar.
-Pero
realmente es lo que soy, un objeto-notó el reproche de Marina, pero Min no dijo
nada, no estaba ahí para hablar de tradiciones culturales sino de instruirla- Tengo
que hacer que se sienta cómodo, debo halagarlo pero no en exceso...
-Y
consiste en...
-En
quitarle la "máscara".
-El
hombre tiene que sentirse desnudo emocionalmente, todo lo que pase o te cuente
está bajo...
-Un
estricto código de silencio.
-Vas a
ver muchos hombres poderosos llorar, reír o hablar de cosas que en
circunstancias normales en la sociedad no van a contar públicamente. Todo lo
que veas de ellos, por ridículo que sea, silencio. Es vuestro secreto. Bien, la
victoria ante todo.
- Eso
lo sé, ya lo he dicho.
-De
acuerdo. Sabes que debes concentrarte en el placer del hombre y debes centrarte
en tu papel. Tus dos rostros. De día...
-Artista.
-De
noche.
-Acompañante.
-Por la
mañana se potencian las artes.
-Música,
literatura y danza.
-Por la
noche se trabaja la seducción.
-Que no
es una cuestión de sexualidad, sino de compañía y misterio.
-Nos
pintamos porque...
-No
somos nosotras mismas.
-Exacto. No es para ser más femeninas, ni por potenciar la seducción, es solo para meternos en nuestro papel. Cuando te maquillas no eres Marina. ¿Quién eres?
-Nadie, una acompañante, una doncella o una concubina.
-No. El capitán ya te dio un nombre.
-Xīfēng .
Significaba "viento del oeste" por la extraña historia que contó al llegar a Catay. Marina se había convertido en el regalo de bodas más preciado del capitán Xio Yuan. Pensaban regalar un ejército de concubinas, doncellas y esclavas para la dinastía Xeng, algo que el capitán no consideraba estar a la altura para la capital de la Emperatriz Celestial . Sin embargo, con la captura de la extraña Marina y su esclavización había llegado la respuesta de las fortunas, aquello que haría valioso su regalo. Marina era una mujer occidental, belleza sureña, rebelde, voluntariosa, firme, de gran humor en la amistad e inquebrantable ante lo imposible. De apariencia exótica, rostro melancólico y con personalidad demasiado fuerte. Los hombres de Catay están acostumbrados a otro tipo de mujer y wl mayor poder de seducción en oriente era el misterio.
Y Marina ahora mismo era el misterio de los misterios.
__________________________________________________________
Marina Oliván después de ser recluida en una casa de concubinas por el capitán Xio Yuan tras acabar en Catay por abrir la caja de los vientos de Éolo en busca de Eric. Finales de Noviembre de 1669, desierto del Mar de las Dunas, Huan Hua, Catay.
-Nadie, una acompañante, una doncella o una concubina.
-No. El capitán ya te dio un nombre.
-Xīfēng .
Significaba "viento del oeste" por la extraña historia que contó al llegar a Catay. Marina se había convertido en el regalo de bodas más preciado del capitán Xio Yuan. Pensaban regalar un ejército de concubinas, doncellas y esclavas para la dinastía Xeng, algo que el capitán no consideraba estar a la altura para la capital de la Emperatriz Celestial . Sin embargo, con la captura de la extraña Marina y su esclavización había llegado la respuesta de las fortunas, aquello que haría valioso su regalo. Marina era una mujer occidental, belleza sureña, rebelde, voluntariosa, firme, de gran humor en la amistad e inquebrantable ante lo imposible. De apariencia exótica, rostro melancólico y con personalidad demasiado fuerte. Los hombres de Catay están acostumbrados a otro tipo de mujer y wl mayor poder de seducción en oriente era el misterio.
Y Marina ahora mismo era el misterio de los misterios.
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Marina Oliván después de ser recluida en una casa de concubinas por el capitán Xio Yuan tras acabar en Catay por abrir la caja de los vientos de Éolo en busca de Eric. Finales de Noviembre de 1669, desierto del Mar de las Dunas, Huan Hua, Catay.
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