martes, 27 de septiembre de 2011

Sostenía tu rostro entre mis manos a través de los barrotes de aquella celda. “Te quiero”, fue lo último que acertaste a decir. Permanecí en silencio unos minutos, con la cabeza apoyada en el hierro que nos separaba, ahogada en un mar de lágrimas. Te dije que iba a sacarte de allí, que por fin ibas a salir y que todo se acabaría... Terminó demasiado pronto.
Innumerables imágenes asaltaron mi mente al ver que no había sido capaz de hacer nada, al ver que yacías ante mí y que sólo llegué a tiempo para verlo.
Recuerdo cuando salí de la Villa de Santa Elena en vuestra busca, a pesar de no saber montar o empuñar un arma, me hicieron prisionera en un cuartel de paso a la ciudad de Santiago y tras conseguir escapar llegué hasta aquí, buscando una resistencia, la Registencia de los Terreros. Deseé entrar en el castillo desde el momento en el que pisé en la ciudad, pero tenía que tener paciencia. Conocí a gente, aprendí algo sobre cómo manejar una espada, a cargar un arma e incluso a bailar. Tracé un plan para entrar en el castillo y por supuesto también para salir de allí contigo, con vosotros. Derramé sangre y finalmente conseguí abrirme paso hasta aquí. No sirvió de nada.
Ahora ella no está, se la llevaron a Dios sabe dónde y tú también te has marchado.
¿Por qué? Quizás llegué demasiado tarde, quizás tenía que haber entregado esa piedra y nada de esto hubiera ocurrido…No lo sé. ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Volver a la Villa y vivir una vida normal, como quisisteis? No. Supongo que por una vez te haré caso y aprovecharé lo único que tengo: La sangre de dos héroes. Ni siquiera sé si podré hacerlo, o si mi historia también se quedará sin acabar, al igual que la de Azahara. Nunca me contaste el final.
Besé tu frente y apreté tus manos con fuerza, para dejarlas escapar por última vez. “Lo siento, papá, intenté ser más que una mujer y no lo conseguí.” Era hora de irse. “Yo también te quiero.”
Marina Oliván
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Escrito por Aleera, mi jugadora de 7º Mar. Gracias de todo corazón por el regalo ^^

2 comentarios:

  1. Sigue nuestro legado, hija mía. Sigue nuestra lucha contra la injusticia. Nuestra lucha contra los tiranos. Nuestra lucha contra el opresor. Nuestro legado de defensores del pueblo, de los indefensos, de los que no se pueden proteger. Ser un caballero no se lleva en el título, sino en la sangre. Y tu ya has derramado la tuya probando tu honor y el de tu familia. Sigue así...estoy orgulloso de ti.
    -Thomas Owen.

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  2. Se acaba el acto. Pero el teatro continúa.
    Espero que una luz acompañe tu camino en el futuro.

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